Córdoba, 21 de enero de 2020. El Mercado Victoria durante el pasado 2019 ha estado recaudando dinero a través de su proyecto la «Caña Solidaria» para la Organización No Gubernamental Manos Unidas. Esta iniciativa ha consistido en que cada vez que el cliente ha pedido una de estas cañas, ha aportado diez céntimos y el mercado otros diez. En total, veinte céntimos por caña de cerveza.
Esta mañana Paco Mulero, gerente del Mercado Victoria, y Ricardo Román, gerente de Máxima de Bebidas en Córdoba, han entregado a Pepa Iribarnegaray, delegada de Manos Unidas en Córdoba, un cheque de 4.458,15 euros. “Agradecemos a todos los clientes que han consumido una “caña solidaria”, porque gracias a su solidaridad podemos colaborar en mejorar la vida de los menores que viven en la periferia de Kikwit (República Demográfica del Congo)”, ha destacado el gerente del Mercado Victoria.
También, en este día, el gerente de Panea, José Manuel Ortiz de Galisteo, y Leonor López, responsable del departamento de Marketing de Cafento, han entregado a Manos Unidas el dinero recaudado a través de la campaña “Tu Café Solidario”.
Esta iniciativa, que se ha llevado del 15 de noviembre al 15 de diciembre de 2019, ha consistido en que cada vez que el cliente se ha pedido un café en Panea, este puesto del Mercado Victoria y Cafento han destinado el 10 por ciento de su valor a Manos Unidas. En total, con “Tu Café Solidario” se han recaudado 1. 639,20 euros.
La delegación de Manos Unidas Córdoba agradece mucho al Mercado Victoria, Cruzcampo, Panea y Cafento su implicación y solidaridad con nuestra organización, porque gracias a los más de 6.000 euros recaudados podemos continuar mejorando la vida de las personas, pero sobre todo de 350 niños de la República Democrática del Congo, que no tienen acceso ni a agua potable, ni electricidad, y, mucho menos tienen la posibilidad de ir a la escuela”, ha destacado Pepa Iribarnegaray, delegada de Manos Unidas en Córdoba.
El proyecto
En concreto, el dinero recaudado con ambas campañas va destinado la construcción de una escuela con siete aulas. “No solo se benefician los 350 niños, sino que indirectamente los beneficiarios son unas 1.700 personas”, ha añadido Iribarnegaray.
Kikwit es una zona semi urbana, con una población de 5 millones de habitantes y con una renta media por familia es de 3 a 5 dólares al día, procedente, principalmente, de la agricultura y pequeño comercio. Las carreteras son malas, el agua potable está lejos y no hay electricidad. Dado el bajo nivel de ingresos familiares, los niños, además de sufrir desnutrición, no pueden acceder a una educación de calidad. En esta zona, en 2015 se instaló la Congregación de las Hermanas Terciarias de San Francisco, cuyo sector prioritario de trabajo es la educación integral de niños y jóvenes. Con esta congregación como socia Manos Unidas trabaja frecuentemente y de manera satisfactoria en Camerún. Respondiendo a la preocupación de la Diócesis por una educación de calidad y accesible, las hermanas comenzaron en 2018 una Escuela Infantil, a la que asisten 150 niños. Pero tanto la congregación como las familias consideran pertinente completar el ciclo con la escuela primaria, de manera que los menores puedan continuar su educación en el mismo entorno y con la misma calidad. Por ello, solicitan a Manos Unidas apoyo para la construcción de un edificio de 7 aulas con almacén, sala de estudio y sala de profesores, que se complementa con la construcción de dos despachos independientes y 7 letrinas. El socio local aporta 4 paneles solares y 4 tanques de agua y los beneficiarios (1.750 personas) contribuyen con mano de obra no cualificada y la manutención de los trabajadores. Por otro lado, una institución franciscana internacional aporta el equipamiento de las aulas, salas y despachos.